El Primer Encuentro Intercultural por la Justicia para la Construcción de Paz: Una Respuesta Urgente al Reclutamiento Forzado en Colombia
En medio de un contexto de dolor y resistencia, donde el reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes sigue siendo una cruda realidad en Colombia, desde el Suroccidente Colombiano nos estamos pensando salidas para recuperar a nuestros hijos e hijas de a guerra. El Primer Encuentro Intercultural por la Justicia para la Construcción de Paz, que se llevará a cabo en el corregimiento de La Ruiza, Pradera, en el territorio ancestral de la comunidad indígena Kwet Le’cxkwe, es más que un evento: es un llamado a la acción, un espacio de encuentro y una plataforma para que las voces de las madres y mujeres colombianas sean escuchadas.
Este encuentro surge como respuesta a la preocupación profunda que compartimos las madres y mujeres de Colombia ante el fenómeno del reclutamiento forzado que ha desgarrado a nuestras familias y comunidades. No podemos permanecer en silencio mientras nuestros hijos e hijas son arrancados de nuestros brazos y llevados a una guerra que no eligieron. El dolor de una madre que pierde a su hijo en medio del conflicto es indescriptible, y es ese dolor el que nos impulsa a luchar por un futuro en el que ningún niño o niña tenga que empuñar un arma.
El Movimiento Nacional de Madres y Mujeres por la Paz, junto con las autoridades indígenas del Valle del Cauca y la Caravana Internacional de Juristas, ha unido fuerzas para organizar este encuentro. Nuestro objetivo es claro: construir propuestas de justicia que respondan a las realidades de nuestras comunidades y que se orienten hacia la protección y el rescate de los más vulnerables en medio del conflicto armado.
El principal propósito de este encuentro es presentar y debatir una propuesta de justicia especial indígena para la paz, adaptada al contexto específico de las comunidades indígenas. Queremos avanzar en el desarrollo del capítulo étnico del acuerdo de paz en Colombia, reconociendo y respetando la autonomía política de los pueblos indígenas y promoviendo acciones humanitarias que defiendan los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes afectados por la violencia.
En este sentido, se busca construir acuerdos especiales entre el gobierno colombiano y las comunidades indígenas, enmarcados en la Resolución 1612 de la Organización de Naciones Unidas. Esta resolución subraya la importancia de proteger a los menores de edad en situaciones de conflicto armado, y nos brinda una base sólida para exigir la implementación de medidas concretas que permitan la reintegración de combatientes indígenas, respetando sus usos y costumbres.
Además, este proceso contempla la adopción de medidas de justicia restaurativa, orientadas a lograr la entrega y protección de los niños, niñas y adolescentes, tanto indígenas como no indígenas, que han sido reclutados forzadamente. Estas acciones, respaldadas por pronunciamientos de la Corte Constitucional, representan un paso fundamental hacia la reparación y la reconciliación en las comunidades afectadas por el conflicto armado.
Para nosotras, como madres y mujeres que hemos visto de cerca el impacto devastador del conflicto armado en nuestros hijos e hijas, este encuentro es una oportunidad crucial para fortalecer nuestras acciones y legitimar nuestras demandas. No podemos permitir que nuestros hijos sigan siendo utilizados como carne de cañón en una guerra que solo ha traído destrucción y sufrimiento a nuestro país.
Es por ello que nuestra presencia en este encuentro es fundamental. Nosotras, las mujeres de Colombia, estamos decididas a construir alternativas humanitarias y de paz que promuevan la defensa de la vida y la dignidad en el suroccidente colombiano. Sabemos que la paz no se logra solo con palabras, sino con acciones concretas que transformen las realidades de nuestras comunidades.
Este encuentro intercultural representa una oportunidad única para que diversos actores sociales, políticos y jurídicos trabajen conjuntamente en la construcción de un futuro más justo y pacífico para Colombia. Invitamos a todos los sectores de la sociedad a unirse a este esfuerzo, a aportar sus ideas y experiencias, y a ser parte de este proceso transformador.
Sabemos que el camino hacia la paz es largo y lleno de desafíos, pero también sabemos que no estamos solas en esta lucha. Cada madre, cada mujer que se une a este esfuerzo, fortalece nuestra causa y nos acerca un paso más hacia un futuro en el que nuestros hijos e hijas puedan vivir en un país libre de violencia y temor.
Les invitamos a ser parte de este importante encuentro, a sumar sus voces y esfuerzos, y a construir con nosotras una Colombia donde la justicia, la paz y la dignidad prevalezcan. ¡No falten a este encuentro de esperanza y transformación!