La región del Catatumbo, en Norte de Santander, vuelve a ser escenario de violencia tras enfrentamientos armados entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias del Frente 33 de las Farc. Este jueves 16 de enero, los combates en los municipios de El Tarra, Teorama y Tibú dejaron al menos cuatro personas muertas, generando pánico entre los habitantes.
La comunidad, atrapada en medio del conflicto, se ha visto obligada a resguardarse en sus hogares. Comercios cerrados y clases suspendidas son algunas de las medidas adoptadas para proteger a la población. Entre las víctimas, según informó el diario La Opinión, se cuentan dos firmantes del acuerdo de paz, lo que agrava la crisis humanitaria en la región.
En un comunicado, alias Andrey, comandante de las disidencias del Frente 33, confirmó los ataques del ELN y lamentó las muertes de civiles y personas desarmadas. Reiteró el compromiso de su grupo de no responder militarmente y abogó por una solución pacífica al conflicto. “El problema del Catatumbo no se resuelve a tiros, se resuelve hablando”, declaró.
En paralelo, el alcalde de Tibú, Richar Claro, confirmó otra tragedia ocurrida la noche anterior. Miguel Ángel López, su esposa Zulay Durán y su bebé Miguel Herney fueron asesinados mientras transitaban por una zona controlada por grupos armados. Este hecho resalta la vulnerabilidad de las familias frente a la violencia desbordada.
Líderes sociales y organizaciones han elevado un llamado al Gobierno nacional para frenar la violencia y garantizar los derechos humanos en el Catatumbo. Mientras tanto, las comunidades locales claman por una intervención urgente que ponga fin al ciclo de terror que azota esta región fronteriza.
#CrisisEnElCatatumbo
#ConflictoArmado
#DerechosHumanos
#ViolenciaEnColombia
#PazYA