El 12 de febrero se conmemora el Día Internacional contra el Reclutamiento Forzado de Niños, Niñas y Adolescentes, una jornada en la que se levantan las voces para poner de relieve la realidad actual del reclutamiento en Colombia y en todo el mundo, rechazando enérgicamente esta práctica que constituye una grave violación a los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Este día también es conocido como el “Día Mundial de las Manos Rojas”, en referencia al Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en conflictos armados, que entró en vigor en el año 2002.
Tras la firma de los Acuerdos de Paz entre las extintas FARC y el Gobierno de Juan Manuel Santos, vastas zonas del departamento del Cauca quedaron a merced de los grupos armados Organizados no desmovilizados. Según las alertas tempranas emitidas por la Defensoría del Pueblo, se estima que cerca de ocho de estos grupos operan y disputan el control del departamento del Cauca.
La prisa con la que se firmaron los Acuerdos de Paz, en un intento por poner fin a cinco décadas de conflicto armado en un proceso negociador que duró apenas cuatro años, omitió considerar la situación de los mandos medios de las FARC. Estos optaron por no unirse al proceso de desmovilización ni firmar los acuerdos, y en la actualidad constituyen lo que se conoce como las disidencias de las FARC.
Estas disidencias han sido señaladas como responsables de una serie de delitos graves, que incluyen: amenazas, hostigamientos, homicidios, secuestros, desplazamientos y reclutamientos forzados de la población civil. Entre las principales víctimas de estas acciones se encuentran los miembros de las comunidades indígenas del Cauca. La situación ha alcanzado tal gravedad que está llevando a estas comunidades al borde del exterminio.
El reclutamiento forzado es una de las prácticas más recurrentes de los grupos armados, representando una grave amenaza para la supervivencia de los diversos pueblos indígenas. Este fenómeno forma un círculo vicioso que se agrava continuamente: muchos indígenas, una vez reclutados, se convierten en futuros reclutadores de otros menores indígenas. Algunos son sometidos a severos castigos por parte de la propia justicia indígena, mientras que otros se convierten en enemigos acérrimos de sus comunidades de origen.
Néstor Gregorio Vera Fernández, también conocido como “Iván Mordisco”, líder de las disidencias del Estado Mayor Central de las FARC, fue reclutado a la fuerza a la temprana edad de 13 años. Comenzó su camino en las filas armadas como soldado raso para luego ascender a roles de liderazgo y mando en diversas estructuras armadas donde ha operado. Esto es un ejemplo de que el reclutamiento forzado perpetúa los ciclos de violencia, explotando y alienando a los menores de edad.
El Consejo Regional Indígena del Cauca- CRIC, reveló un aumento alarmante de los casos de reclutamiento de indígenas menores de edad, por parte de los grupos armados presentes en la región. Durante los meses de enero a noviembre de 2023, el observatorio de derechos humanos del CRIC reportó 175 casos de reclutamiento forzado de menores indígenas entre 12 y 15 años de edad. Para la Defensoría del Pueblo esta cifra está cercana a los 200 casos al finalizar el mes de diciembre.
La Defensoría del Pueblo emitió una denuncia alarmante en el año 2023, revelando que la Columna Móvil “Dagoberto Ramos”, perteneciente a las disidencias de las FARC, ha transformado al municipio de Toribío, en un centro neurálgico de operaciones militares, financieras y un lugar de reclutamiento forzado, concentración y entrenamiento militar de niños, niñas y adolescentes procedentes de los municipios del norte del Cauca. Los menores son captados por la fuerza y, tras un breve período de entrenamiento, son incorporados a las diversas subestructuras del Comando Coordinador de Occidente de las FARC. Los docentes de las zonas rurales del norte del Cauca han reportado que los estudiantes desaparecen durante aproximadamente 15 días, tiempo en el cual son entrenados en los centros de operaciones militares del grupo armado. Al regresar, lo hacen con dinero y se ven involucrados en actividades delictivas y en el microtráfico de drogas en beneficio de los grupos armados.
Lo que es aún más preocupante es que, desde el mes de diciembre, circula en el municipio de Caldono un comunicado que amenaza con la posible formación de un grupo armado compuesto por 200 jóvenes indígenas cansados de este flagelo. Este grupo tendría la intención de armarse siguiendo el modelo de la antigua guerrilla Quintín Lame, que operó en la década de los 80. Esta situación es extremadamente grave, intensifica la guerra y pone en entredicho las aspiraciones de paz del gobierno actual.
En diversas zonas del departamento del Cauca, se pueden observar retenes establecidos por grupos ilegales, a menudo dirigidos por niños y niñas fuertemente armados. Muchos de estos menores se encuentran en esta situación debido a necesidades económicas apremiantes, mientras que otros están allí por la falta de acceso a la educación. Resulta preocupante ver cómo algunos de ellos se sienten atraídos por el poder y el dinero fácil asociado con el porte de armas, a pesar de su corta edad.
Es lamentable que en las redes sociales se compartan memes y chistes que trivializan y normalizan esta realidad, haciendo alusiones humorísticas a la vida en el Cauca y la presencia de niños uniformados. No hay conciencia sobre la gravedad del reclutamiento forzado de niños indígenas en nuestra región.
El reclutamiento forzado de niños indígenas es una grave violación de los derechos humanos que causa daño tanto a la infancia como a las culturas indígenas y la sociedad en general. Al separar a los niños de sus raíces culturales y tradiciones, esta práctica rompe el vínculo esencial que tienen las comunidades indígenas con su tierra y herencia, lo que puede provocar una pérdida significativa de diversidad cultural y un impacto duradero en la identidad de los niños afectados, materializándose el exterminio de los pueblos indígenas.
Es por estas razones que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha convocado a una Audiencia Temática para el 27 de febrero de 2024, donde se abordará el grave problema del reclutamiento forzado de menores indígenas en el Cauca. En esta audiencia participarán El CRIC, la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca – ACIN y la Corporación Justicia y Dignidad, en presencia de representantes del Gobierno Nacional. Se denunciará la falta de una política pública efectiva para erradicar esta práctica, así como la falta de prioridad del tema de reclutamiento en los puntos a negociar de las mesas de diálogos de paz. Se instará al gobierno del presidente Gustavo Petro y al Alto Comisionado para la Paz a implementar urgentemente una política de prevención del reclutamiento forzado para proteger los derechos de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes indígenas durante los procesos de paz. Además, se presentarán propuestas para abordar esta problemática dentro del marco de la justicia especial indígena para la paz.
Si persiste el reclutamiento forzado de menores indígenas y se llegare a formar un grupo armado con jóvenes indígenas, la política de paz del gobierno será un fracaso total y se abrirá paso a la llegada al poder del uribismo y la ultra derecha en 2026. Es imperioso proteger desde ahora el futuro de nuestros pueblos indígenas para lograr una Paz Total efectiva.
Por: Sofía López Mera, Abogada, periodista y defensora de derechos humanos de la Corporación Justicia y Dignidad