La justicia indígena para la paz: un acto de resistencia desde la Universidad de York
El 8 de mayo, en la Universidad de York, se presentó la Propuesta de Justicia Indígena para la Paz, una iniciativa impulsada por las mujeres del Movimiento Nacional de Madres y Mujeres por la Paz, que busca sanar las heridas de la guerra a través de un modelo de justicia restaurativa. No es solo un discurso vacío, sino un grito de las madres que, después de perder a sus hijos en el conflicto, luchan por recuperarlos y devolverles una infancia robada por la violencia.
Esta propuesta surge desde el Consejo Territorial Indígena COTAINDOC, compuesto por pueblos del Oriente Caucano como Ampiulle, Kisgo, Nasa, Misak y Polindara , que han optado por una justicia que no sea punitiva, sino sanadora. No buscan venganza, sino una forma de aliviar el dolor, cerrar las fracturas dejadas por la guerra y frenar el ciclo de violencia. La justicia indígena se basa en la restauración, en reparar lo que ha sido destruido, no en perpetuar el odio.
La guerra solo engendra más violencia, lo saben los pueblos indígenas, que han experimentado en carne propia el sufrimiento. Por ello, proponen una justicia que no imponga castigos, sino que construya puentes de sanación y equilibrio. Esta justicia debe ser un espacio para la interculturalidad, donde todos podamos contribuir a la paz que nos fue arrebatada.
El encuentro en York no solo fue un espacio para presentar la propuesta, sino también un momento para reflexionar sobre lo que está en juego: la recuperación de nuestros hijos e hijas, su liberación de la guerra. Porque la verdadera justicia no busca venganza, sino ofrecer un futuro de paz.
El compromiso de las madres y comunidades indígenas sigue firme. Este llamado por la justicia indígena ha sido escuchado más allá de las fronteras de Colombia, cruzando continentes, llegando a todo el mundo. La propuesta presentada en York es el primer paso hacia un futuro donde la paz sea una realidad para las nuevas generaciones.
La propuesta de justicia nació en agosto, durante la 8ª Caravana Internacional de Juristas, en un encuentro intercultural entre comunidades indígenas y madres buscadoras. Allí se planteó la creación de un modelo de justicia que se presentaría en diferentes escenarios, con el fin de frenar la guerra y sus consecuencias. Este clamor ha sido escuchado por los pueblos indígenas que integran la COTAINDOC que al igual que las madres, desean poner fin al conflicto.
La Justicia Indígena para la Paz es una alternativa nacida del sufrimiento de las madres y de los pueblos que resisten la guerra. No se trata de un concepto vacío, sino de un acto de resistencia real, que busca sanar las heridas y devolver la esperanza. En lugar de imponer la violencia, esta propuesta invita a construir paz desde el respeto y la sanación.
Por Prensa Justicia y Dignidad