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Golpes de Estado, uribismo, narcotráfico y otros demonios: el plan que acecha a Colombia

“Los bombazos no los recibe la oligarquía en Bogotá, ni los banqueros en sus clubes de la 82. Los bombazos los reciben los pobres en el suroccidente: el campesino de Timbiquí, el patrullero de Villa Rica, el tendero de El Bordo, la madre cabeza de hogar en Corinto. Ellos pagan el precio de la guerra que otros deciden desde sus escritorios.”

Un plan criminal en marcha

Colombia atraviesa hoy un momento de extrema gravedad institucional. El país enfrenta un plan de desestabilización articulado entre las élites ultraderechistas, sectores de poder militar, disidencias armadas, mafias del narcotráfico y operadores políticos locales e internacionales.

La convocatoria del presidente Gustavo Petro a una consulta popular para defender los derechos laborales de los trabajadores fue el punto de quiebre que activó una ofensiva que llevaba meses en preparación. Las élites tradicionales, desplazadas del manejo directo del Estado, han activado lo que fuentes de inteligencia ya denominan el Golpe Blando 2025 que ya no es tan blando.

Cronología del plan desestabilizador

El 6 de junio de 2025, el presidente Petro convoca por decreto la consulta popular. Las élites reaccionan con furia.

El 7 de junio de 2025 ocurre el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay en Bogotá. El hecho es rápidamente utilizado como herramienta de victimización y discurso de odio contra el gobierno.

El 9 de junio de 2025, Vicky Dávila denuncia presuntos atentados contra Uribe, Cabal y ella misma, atribuidos a las disidencias de las FARC. El Centro Democrático amplifica la narrativa.

El 10 de junio de 2025, Efraín Cepeda, presidente del Senado, llama públicamente a las Fuerzas Armadas a desconocer el orden constitucional.

Ese mismo 10 de junio se ejecuta una operación armada sincronizada en el suroccidente del país, atribuida a las disidencias de las FARC – Línea Mordisco, con atentados en 14 municipios del Valle y Cauca. La violencia selectiva incluyó explosiones en CAIs, estaciones de policía, peajes, edificios administrativos y homicidios de policías y civiles. Se reportan al menos siete muertos y 28 heridos. Municipios afectados: Palmira, Buenaventura, El Bordo, Corinto, Timbiquí, Toribío, Jamundí, Caloto, Meléndez (Cali), Manuela Beltrán (Cali), Morales, Buenos Aires (Cauca), Villa Rica, Los Mangos.

¿Quiénes están detrás?

La nueva junta del narcotráfico

Como ha revelado el propio presidente Petro, existe hoy en Colombia una organización criminal a la que denominan la Nueva Junta Directiva del Narcotráfico (NJDN). Este cuerpo operaría desde Dubái y estaría liderado por figuras como Julio Lozano (‘Patricia’) y alias ‘Chiquito Malo’, jefe del Clan del Golfo, con financiamiento, narcotráfico, y redes políticas y judiciales a su servicio.

Este grupo aliado con las disidencias de las FARC – Línea Mordisco, bajo Iván Mordisco – sería el financista y articulador de estos atentados, incluidos el plan para asesinar al presidente Petro y el ataque contra Miguel Uribe Turbay.

El vínculo con la política

Este entramado criminal no solo persigue ganancias ilícitas; tiene una estrategia política:

– Financiar manipulaciones del terror para deslegitimar la consulta popular.

– Apoyar sectores uribistas y alineados con un discurso de odio y caos.

– Preparar el terreno para una ofensiva de “mano dura” en 2026, que reinstale sus intereses económicos y judiciales.

Este grupo estaría vinculado directamente con el atentado contra Miguel Uribe Turbay. Según el presidente Petro, “la mafia internacional del narcotráfico” y la NJDN podrían estar detrás del ataque al senador. La Fiscalía, además, investiga si detrás del menor autor material existió una red criminal organizada.

El objetivo final: golpe de estado 2025 o la retoma electoral del uribismo en 2026

El objetivo estratégico es claro: generar miedo, paralizar la movilización social, provocar el fracaso de la consulta popular y deslegitimar al presidente para allanar el camino hacia el regreso del proyecto político de extrema derecha en 2026. No se trata de simples atentados aislados. Es un plan articulado, financiado, con logística, propaganda y operadores políticos al más alto nivel.

Señor presidente: el tiempo es ahora

No nos deje en manos del uribismo.

No nos deje en manos del narcotráfico.

Las piezas del rompecabezas están sobre la mesa. Hay suficiente evidencia, hay suficiente sangre derramada de los humildes, hay suficiente riesgo sobre la democracia.

Es el momento de que el Estado actúe con toda la legitimidad que le otorga el mandato popular. Es hora de proteger la vida, la democracia y la soberanía.

¿Decretar la conmoción interior?

La gravedad de los hechos amerita que el Gobierno Nacional evalúe la activación de los mecanismos constitucionales de defensa de la democracia. El país no puede ser rehén de los intereses mafiosos y autoritarios.

La historia juzgará.