El expresidente Álvaro Uribe Vélez fue recibido con rechazo y huevos durante su visita a Cúcuta, en medio de críticas por su reciente propuesta de una intervención militar en Venezuela. El incidente ocurrió frente al centro comercial Alejandría, en un evento de baja asistencia, donde ciudadanos expresaron su descontento por las declaraciones del exmandatario.
Uribe, acompañado de figuras como María Fernanda Cabal y Paloma Valencia, pidió una intervención militar internacional, respaldada por la ONU, para remover al presidente Nicolás Maduro y convocar elecciones “libres”. Sin embargo, esta postura belicista generó una fuerte oposición en redes sociales y en declaraciones oficiales.
El presidente Gustavo Petro reaccionó en la red social X, defendiendo la cooperación y el diálogo como pilares para mantener la estabilidad fronteriza: «A esta altura, Cúcuta ya sabe que es mejor preservar las relaciones familiares, sociales, económicas y culturales en la frontera».
La propuesta de Uribe también fue rechazada por Nicolás Maduro, quien calificó sus palabras como “cobardes y fascistas”. En contraste, la política del gobierno de Petro se ha centrado en la reconciliación entre Colombia y Venezuela, destacando la reapertura de la frontera y el fortalecimiento de relaciones comerciales que benefician a ambas naciones.
El episodio en Cúcuta refleja el descontento hacia discursos que promueven la violencia y resalta el apoyo a estrategias de diálogo. Mientras la región busca paz y prosperidad, el mensaje quedó claro: las soluciones militares no son bienvenidas en una frontera que anhela estabilidad y desarrollo.
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