A veces la historia no da tregua. Golpea sin aviso, como las bombas que llueven en Gaza mientras el mundo duerme o mira hacia otro lado. A veces la historia nos pregunta, sin misericordia, qué hacemos mientras allá los niños nacen entre ruinas y los hospitales se convierten en cementerios.
Por estos días, las carreteras del norte de África se han vuelto ríos humanos. Desde Túnez partió el convoy Al Sumud —la firmeza, la resiliencia— cargado de alimentos, medicinas y esperanza. Miles de personas solidarias del Magreb —de Argelia, Marruecos, Libia, Mauritania y Túnez— caminan hombro a hombro. Entre ellos viajan médicos, periodistas, sindicalistas, abogados, jóvenes activistas. Llevan la voz de los pueblos y el peso de las conciencias que no aceptan el genocidio en silencio.
Partieron el 9 de junio. Avanzan por Túnez, atraviesan Libia —con sus milicias y sus rutas impredecibles—, cruzan hacia Egipto, con la esperanza clavada en la frontera cerrada de Rafah, sellada desde que Israel tomó su control directo en mayo de 2024. Su meta es clara: romper el asedio medieval impuesto sobre Gaza y presionar a Egipto para que abra el corredor humanitario, permita el ingreso de suministros vitales y facilite las evacuaciones urgentes.
Mientras las bombas siguen cayendo, los datos estremecen:
El 100% de los habitantes de Gaza —2.3 millones de personas— enfrenta hambre extrema.
244.000 personas están en fase de “catástrofe”, según la ONU.
Más de 54.880 muertos desde octubre de 2023, víctimas de los bombardeos israelíes con armas suministradas por EE.UU.
Desde el 2 de marzo de 2025, Israel ha sellado completamente el acceso a Gaza, cortando el ingreso de alimentos, medicinas y ayuda humanitaria.
En el mar, el barco Madleen, de la Freedom Flotilla, intentó atravesar el bloqueo. Transportaba apenas arroz y leche para bebés. Fue secuestrado en aguas internacionales por buques israelíes, que capturaron a los 12 activistas a bordo, incluida Greta Thunberg, mostrando al mundo que ni la legalidad marítima ni la decencia humanitaria detienen la brutalidad sionista.
Ahora, por tierra, mar y aire, las manos se siguen alzando. Las voces siguen gritando.
📢 Llamamos a periodistas, activistas, pueblos y comunidades a unirse o respaldar esta marcha.
Por tierra, por mar y por aire, se levantan cuerpos, manos, voluntades.
La historia no nos preguntará qué pensamos, sino qué hicimos.
Porque Gaza no es sólo Gaza. Es el espejo donde se refleja nuestra dignidad o nuestra cobardía. Donde las ambulancias son tumbas rodantes. Donde los hospitales se convierten en fosas. Donde los niños duermen abrazados a la muerte.
La solidaridad es concreta:
7.000 voluntarios se han inscrito en el convoy, respaldados por organizaciones tunecinas como la Unión General de Trabajo y la Liga de Derechos Humanos.
La iniciativa Sumud coordina acciones con la Marcha Global a Gaza y la Freedom Flotilla, creando un frente común de resistencia civil internacional.
“Hablamos directamente a Gaza: ‘No están solos. Compartimos su dolor’”, dice el argelino Yahia Sarri, organizador del convoy.
Hoy el pueblo marcha mientras los gobiernos negocian en despachos fríos. La historia no será clemente con los que callaron.
Si tú también quieres sumarte:
Organiza o participa en plantones, vigilias, marchas en tu ciudad o región.
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#PalestinaLibre #PalestinaResiste #GenocidioEnPalestina #SumudConvoy #RafahAbiertaYA #RomperElBloqueo
Sigue las rutas y apoya las iniciativas:
🔗 Más información: marchtogaza.net
Por tierra 👉 @globalmarchtogaza
Por mar 👉 @freedomflotilla
Por dignidad, por justicia, por Gaza.
#BreakingTheSiege #FreePalestine #RupturaConIsrael #SumudToGaza #GlobalMarchToGaza #FreedomFlotilla
Porque hay veces en que callar es traicionar.
No dejes de hablar de Palestina. 🇵🇸❤🖤💚