LA INOPERANCIA DE LA ONU ANTE EL GENOCIDIO DEL PUEBLO PALESTINO

El mundo se cuestiona impotente sobre la funcionalidad y la efectividad de la ONU para frenar el Genocidio que padece el Pueblo Palestino y al tiempo la incapacidad del organismo para evitar el flagelo de las guerras a nivel global.  En el preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas – documento fundacional de la ONU— se plasmó: “Nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas, resueltos a preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra (…)“. Hoy, 78 años después a la ONU no solo le quedó grande evitar las guerras, y socorrer a sus víctimas, de alguna medida el Consejo de Seguridad de la ONU esta prologando el sufrimiento de los pueblos del mundo y promueve las guerras bajo el sofisma del derecho de defensa de los Estados y el disco rayado de la lucha contra el terrorismo.

La Organización de Naciones Unidas –ONU, es una organización internacional fundada el 24 de octubre de 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, se estableció para prevenir conflictos a gran escala. La ONU fue creada mediante la Carta de las Naciones Unidas, que es su instrumento jurídico fundacional y fue adoptada el 26 de junio de 1945 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional, celebrada en San Francisco entrando en vigor el 24 de octubre de 1945.

La ONU está compuesta por dos órganos principales:

  • La Asamblea General donde todos los Estados miembros tienen representación y pueden discutir una amplia gama de temas internacionales y está compuesta por representantes de todos los Estados miembros de la ONU siendo un foro global de discusión, sin poder de decisión.
  • El Consejo de Seguridad es el responsable de mantener la paz y la seguridad internacionales, cuenta con quince miembros, de los cuales cinco son permanentes (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia) y diez miembros no permanentes.

El derecho al veto en la ONU se aplica en el contexto del Consejo de Seguridad, no en la Asamblea General y solo a favor de los cinco miembros permanentes, lo que significa que pueden bloquear cualquier resolución del Consejo de Seguridad con su voto negativo, incluso si todas las demás naciones miembros votan a favor. La Asamblea General, por otro lado, toma decisiones por mayoría de votos, sin el derecho de veto.

El derecho al veto en el Consejo de Seguridad obstaculiza el funcionamiento efectivo de la ONU, ya que se le confiere a Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y China un poder desproporcionado en la toma de decisiones. Esto refleja la realidad de la posguerra, pero no tiene en cuenta la evolución del poder global, lo que ha llevado a la toma de decisiones sesgadas y no representativas de la comunidad internacional. El veto se ha usado para proteger los intereses nacionales de los miembros permanentes a expensas de los derechos humanos y la justicia en otros lugares. Socavando la misión principal de la ONU de mantener la paz y la seguridad internacionales. El uso del veto, incluso en situaciones de crisis humanitarias evidentes, lleva a la parálisis y la inacción de la ONU y la comunidad internacional, para abordar problemas urgentes.

Las decisiones del Consejo de Seguridad son consideradas vinculantes debido a las disposiciones establecidas en la Carta de las Naciones Unidas y al papel del Consejo de Seguridad en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. El Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas confiere al Consejo de Seguridad la facultad de hacer cumplir sus decisiones mediante sanciones o el uso de la fuerza si es necesario.

En contraste, las decisiones de la Asamblea General no son vinculantes. La Asamblea General es un foro donde todos los Estados miembros tienen igualdad de voto, y las resoluciones adoptadas allí son recomendaciones que no tienen el mismo nivel de autoridad que las del Consejo de Seguridad, es decir no tienen peso jurídico en asuntos de seguridad internacional.

Desde hace 75 años, el Pueblo Palestino viene sufriendo un proceso de colonización por parte de Israel. Gaza es una cárcel a cielo abierto. Lo que estamos presenciando desde el 7 de octubre es un plan de limpieza étnica del Estado de Israel mediante ataques militares dirigidos contra la población civil en Gaza y Cisjordania, con la intención de arrojar a dos millones de Palestinos en calidad de refugiados hacia el desierto del Sinaí y hacia Jordania.

 

En solo 24 días, el Estado de Israel ha asesinado y desaparecido a más de 10,000 personas. Entre ellos se encuentran 3,500 niños y niñas, 2,136 mujeres, 29 periodistas y 63 trabajadores de la ONU y 134 personas integrantes de la Misión Médica. Han destruido edificios, escuelas, hospitales, mezquitas e iglesias. Esta semana, incluso bombardearon directamente un campo de refugiados. Este plan de limpieza étnica es un Genocidio, un verdadero holocausto del Pueblo Palestino.

 

El Consejo de Seguridad frente a esta situación sigue jugando un papel nefasto que va en contra vía del objeto misional de la ONU y está promoviendo – ojalá estemos equivocados – un conflicto internacional de la talla de una tercera guerra mundial. Estados Unidos frente al conflicto Israel -Palestina, ha vuelto a utilizar el poder de veto para bloquear una resolución del Consejo de Seguridad.

Estados Unidos vetó una resolución presentada por Brasil al Consejo de Seguridad en la que se pedía que se revocara la orden impuesta por Israel a los civiles y al personal de ONU de evacuar todas las zonas al norte de Gaza y reubicarse en el sur de la franja. La resolución S/2023/773 también pedía pausas humanitarias para permitir el suministro de ayuda a civiles por parte de las agencias de socorro de las Naciones Unidas y sus socios, así como del Comité Internacional de la Cruz Roja y otras organizaciones, y alienta el establecimiento de corredores humanitarios. El proyecto de resolución no era peligroso para Israel ya pedía solamente la apertura de los corredores humanitarios, sin condenar la colonización israelí

La posición de Estados Unidos haciendo uso del derecho al veto se traduce en un apoyo incondicional a Israel desde hace más de medio siglo y de avalar las practicas genocidas y de limpieza étnica que vienen adelantando.

Por otra parte, Estados Unidos no es parte del Estatuto de Roma, que es el tratado que estableció la Corte Penal Internacional (CPI). Por lo tanto, Estados Unidos no está sujeto a la jurisdicción de la CPI, y no tiene la misma relación legal con la corte que los países que han ratificado el tratado. Además, en 2002, Estados Unidos adoptó la Ley de Protección de Personal de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos  o “Ley de Invasión de La Haya”, que autoriza al gobierno de Estados Unidos a utilizar “todos los medios necesarios” para liberar a cualquier personal de Estados Unidos detenido por o en nombre de la CPI. Esta ley fue adoptada como una medida de protección para el personal militar y funcionarios de Estados Unidos, en caso de que fueran procesados por la CPI.

Israel tampoco es parte de la CPI, ni ha ratificado el Estatuto de Roma. Por lo tanto, Israel no está sujeto a la jurisdicción de la CPI. La CPI tiene jurisdicción sobre los crímenes de genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y el crimen de agresión, pero su capacidad para investigar y enjuiciar a individuos de un país depende de si ese país es un Estado parte del Estatuto de Roma o si el caso es referido a la CPI por el Consejo de Seguridad de la ONU. Israel cuenta con el derecho al veto de Estados Unidos, su aliado incondicional ante el Consejo de Seguridad de la ONU lo que hasta ahora garantiza plena impunidad a Israel por el Genocidio que comete contra el Pueblo Palestino.

Solo la movilización de los pueblos del mundo para solicitar un alto al Genocidio del Pueblo Palestino podrá evitar la llegada de una nueva era de oscuridad para la humanidad.