, , ,

¡Nos falta una, nos faltan todas!

En Colombia están desapareciendo niñas. Y nadie hace nada.

No es exageración. Es real: niñas de 13 a 16 años que salieron de casa y no volvieron. Tienen nombre, rostro, sueños, una madre que llora, una cama intacta esperando.

María Paula Artunduaga (13 años) — 25 de mayo. San Vicente del Caguán, Caquetá. Subió a un taxi con otra niña y un hombre. No volvió.

Zhaida Dayana Briñez (15 años) — 18 de mayo. Usme, Bogotá. Desapareció sin dejar rastro. Su nombre ni circuló.

Helen María Tejada (14 años) — 30 de mayo. Colegio Villa del Progreso, Usme. Salió con su bolso rosado. Nadie la ha vuelto a ver.

Horiannys Hernández (14 años, venezolana) — 31 de mayo. Fontibón, Bogotá. La vieron caminando por última vez.

Irlanda Méndez Daza (14 años) — 31 de mayo. Aguazul, Casanare. Iba rumbo a Villavicencio. Su madre busca sin descanso.

Isabella Usse (14 años) — 3 de junio. Buenos Aires, Medellín. Brackets, cicatriz en el labio. Se la tragó la ciudad.

Karen Valeria Quevedo (15 años) — 3 de junio. Cáqueza, Cundinamarca. Se bajó de una bodega. Y desapareció.

Nicole Guevara Cadena (16 años) — 5 de junio. Bucaramanga. Salió del colegio. Hay mensajes anónimos que dicen que no volverá.

María José Hernández (13 años) — 3 de junio. Cali. Por fortuna, ya apareció. Su caso recuerda que cada día cuenta.

Mientras las desapariciones crecen, el Movimiento Nacional de Madres y Mujeres por la Paz grita. Y no lo escuchan.

El ICBF no es refugio. Muchas adolescentes huyen de sus centros por los tratos que reciben. Las Consejerías de Mujer y Derechos Humanos están desconectadas. La Fiscalía pierde denuncias o no actúa. Los mecanismos de búsqueda se activan tarde —o nunca.

Este país está dejando perder a sus niñas. Está fallando en su deber más básico: proteger la infancia.

Nos falta una. Nos faltan todas. Y no dejaremos de nombrarlas.

Si sabes algo, comunícate: movimientodemadresymujeres@gmail.com, +57 316 8860675

#NosFaltaUna

#NosFaltanTodas

#NiñezEnRiesgo

#ColombiaDespierta

#ICBFReformaYa