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LA DIFÍCIL TAREA DE RECUPERAR EL CAÑÓN DEL MICAY

Enclavado en la vertiente occidental de la cordillera de los Andes, el Cañón del Micay, en el departamento del Cauca, ha sido testigo de décadas de conflicto armado. En este cañón confluyen tres municipios caucanos: El Tambo, Argelia y López de Micay. Allí nacen ríos como el Guapi, el Timbiquí y el Plateado, siendo el más importante el río San Juan de Micay.
El río San Juan atraviesa el cañón desde la cordillera occidental hasta las costas del Pacífico, ubicándolo en una posición geoestratégica que conecta cañones ricos en reservas de agua dulce, recursos minerales (níquel, cobre y oro aluvial) y biodiversidad, con el océano Pacífico. Esta región abarca todos los pisos térmicos, desde tierras frías con cumbres de hasta 3,500 metros, hasta tierras bajas cálidas que descienden hacia el Pacífico. Según datos del Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, los municipios del Cañón del Micay representan también el 75 % de las 25.000 hectáreas de cultivos de coca del Cauca.
En 1967 se constituyó legalmente el municipio Argelia en el departamento del Cauca. A fines de la década de 1970, el Frente 8 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se asentó en la región. Aunque otros grupos guerrilleros como el M-19 y el Ejército Popular de Liberación (EPL) también incursionaron en el área durante la época de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. Las FARC-EP consolidaron su poder estableciéndose también con el Frente 60 “Jaime Pardo Leal” a finales de los años 90.
La llegada del Ejército de Liberación Nacional (ELN) a la parte baja del municipio de Argelia desde El Tambo y el Pacífico en la década del 2000 marcó un nuevo capítulo en la historia del conflicto. Paralelamente, el gobierno de Álvaro Uribe Vélez intensificó la militarización de la región. En 2007, se establecieron puestos de policía en El Mango y El Plateado, coincidiendo con la llegada de los paramilitares de Los Rastrojos al mando de Alias “Daniel”. Durante la década de los 2000, el Frente 8 de las FARC fue debilitado casi hasta su exterminio, dejando solo al Frente 60 en la región. El ELN tomó el control territorial de El Tambo y de 12 veredas del norte de Argelia. El Ejército Nacional entró a la región mediante las operaciones Espada I y Espada II, resultando en varias ejecuciones extrajudiciales bajo la modalidad de falsos positivos.
En 2011, las FARC-EP recuperaron el Cañón del Micay tras derrotar a los paramilitares en un combate con más de 30 muertos. Entre 2015 y 2016, miles de campesinos bloquearon las operaciones militares contra cultivos ilícitos, y la Asociación Campesina de Trabajadores de Argelia (ASCAMTA) estableció una Mesa de Interlocución y Acuerdos (MIA) con el gobierno para resolver conflictos sociales y económicos. Esta Mesa, formada durante el Paro Nacional Agrario de 2013, se enfocó en iniciar el diálogo y alcanzar acuerdos específicos para el municipio de Argelia.
Con la firma de los acuerdos de Paz en 2016 y la desmovilización de las FARC, el Cañón del Micay quedó bajo el control del Frente José María Becerra del ELN, que hizo presencia en varios corregimientos desde El Plateado hasta San Juan de Micay.
En 2017, Óscar Eduardo Sandoval, alias “Andres” o “El Mocho”, lideró una facción disidente que luchó contra el ELN para controlar corregimientos como El Plateado y El Mango. En 2018, esta facción se renombró como “Carlos Patiño” o “Floresmiro Acosta”, bajo el mando de Gentil Duarte e Iván Mordisco.
En 2018, el presidente Iván Duque ordenó una mayor militarización del Cañón del Micay para acabar con las disidencias de las FARC. Sin embargo, esto coincidió con la expansión militar de la columna Carlos Patiño en la región, la expulsión del ELN y una bonanza cocalera.
En 2020, la columna Carlos Patiño intentó de nuevo avanzar hacia el corregimiento de El Sinaí, enfrentándose a la Segunda Marquetalia y al ELN. Esta ofensiva no prosperó debido a la contención de estos dos grupos.
Desde 2022, los habitantes han denunciado la aparición del grupo “Los Pocillos”, formado por exguerrilleros-firmantes de paz, aliados con el ejército. Este grupo busca expulsar a la columna Carlos Patiño y controlar rutas de narcotráfico. Medios de comunicación como la revista Cambio han confirmado un supuesto acuerdo entre el Ejército Nacional y estos grupos, con audios del mayor general Hernando Herrera Díaz admitiendo reuniones con “Los Pocillos” y el ELN. Posteriormente, Los Pocillos se integraron a la Segunda Marquetalia y continúan enfrentando a la columna Carlos Patiño desde el corregimiento de Puerto Rico sin alcanzar a tener control sobre el corregimiento del Plateado y el cañón del Micay.
En 2023, el presidente Gustavo Petro lanzó la Operación Trueno para recuperar el control del Micay y fomentar el diálogo entre el gobierno y la sociedad. A pesar de la presencia militar, los grupos armados aún dominan la región. A finales de agosto, Petro ordenó movilizar 1,000 soldados para retomar el control del Cañón del Micay y promover la sustitución de economías ilícitas a favor del campesinado.
En junio de 2024, desde la Casa de la Moneda en Popayán, el director del DNP, Alexander López Maya, junto con el gabinete ministerial, el Ministerio de Defensa y el presidente Petro, lanzaron la Misión Cauca. Esta iniciativa busca transformar el Cauca, mejorar las condiciones de vida y sustituir economías ilícitas por proyectos productivos. Sin embargo, las organizaciones populares y la sociedad civil no fueron invitadas a la presentación ni consultadas para asegurar la efectividad de la política pública.
Desde mediados de julio, se realiza otra ofensiva del frente Carlos Patiño hacia el corregimiento de El Sinaí intensificando el conflicto armado en el Cañón del Micay. La columna Carlos Patiño se enfrenta al ejército y a la Segunda Marquetalia por el control de la parte alta de Argelia. Desde el 15 de julio, La Carlos Patiño ha sitiado a los habitantes de Argelia, establecido retenes ilegales, atacado poblaciones como El Sinaí, El Encanto, La Playa y La Belleza, y sembrado minas antipersonales que han confinado a la población campesina. Estos actos han resultado en desplazamientos masivos, amenazas a líderes, asesinatos y secuestros de campesinos. En El Plateado, un artefacto explosivo lanzado por Carlos Patiño en una cancha sintética mató a un niño de 10 años y dejó 12 heridos.
Desde 2018, se han asesinado 18 líderes campesinos de ASCAMTA. Desde 2020, aproximadamente 20,000 personas han sido desplazadas forzosamente. Estos desplazamientos son en su mayoría temporales, ya que muchos de los campesinos en Argelia provienen de otras regiones del país como Putumayo, Caquetá, Guaviare y Nariño, y suelen regresar a sus lugares de origen debido a la falta de una política pública seria por parte del Gobierno Nacional para atender a la población desplazada.
Los desplazados que llegan a Popayán enfrentan maltratos por parte de funcionarios del municipio de Popayán y de la Unidad para las Víctimas, quienes no permiten el acompañamiento de organizaciones defensoras de derechos humanos. Esto obliga a los desplazados a regresar a Argelia, donde se encuentran en medio de las confrontaciones armadas. El Ministro de Defensa, Iván Velásquez, ha pedido a los habitantes de Argelia no realizar asonadas contra la fuerza pública, pero no se ha implementado un plan de atención humanitaria para los civiles atrapados en los operativos militares y afectados por las infracciones al derecho internacional humanitario cometidas por grupos armados ilegales. Sin una protección efectiva de la vida de la población civil, la Misión Cauca y la recuperación del Cañón del Micay no tendrán éxito.
Por: Sofía López Mera, Abogada, Periodista y Defensora de Derechos Humanos de la Corporación Justicia y Dignidad