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Bitácora del Horror: Comisión de Esclarecimiento ¡Ya! – Días 20m al 25m

Del 20 al 25 de mayo de 2021, en Colombia se desató una oleada de represión estatal que dejó una estela profunda de graves violaciones a los derechos humanos. No fueron hechos aislados ni errores de procedimiento: fueron órdenes claras y planificadas desde lo más alto del poder. Iván Duque, su ministro de Defensa Diego Molano, y el general Eduardo Zapateiro siguen en la impunidad, mientras los crímenes cometidos, delitos de lesa humanidad, permanecen en la sombra del olvido oficial. Es esta historia de dolor y silencio la que pesa sobre la memoria colectiva, una deuda que no puede quedar sin castigo ni reconocimiento. Ahora, en manos del gobierno que se anuncia como “el de la esperanza”, está la urgente tarea de alumbrar ese camino oscuro, abrir una puerta a la justicia y al restablecimiento pleno de los derechos de las víctimas. No es solo un acto de reparación, es la condición para que la democracia recobre su alma y para que Colombia vuelva a creer en sí misma.

Por eso clamamos por una comisión de esclarecimiento ¡ya!

20 de mayo de 2021 – Sede Almacén Éxito Calipso, Cali – Secuestro, violencia y posible tortura

Esa noche no dormía nadie. En el barrio Calipso de Cali, los gritos se colaban entre las rendijas de las casas y el concreto del almacén Éxito parecía tragar gente. Los vecinos juraban que dentro había presos, que se escuchaban los gritos y  los golpes. Un comando del ESMAD custodiaba el lugar como si fuera su cuartel. A quien se acercara, lo espantaban con una granada en la mano. Veinticuatro horas después, cuando por fin entraron los organismos de derechos humanos, lo que vieron no se olvida: sangre seca en el piso, manos marcadas en las paredes, rastros de lo que pudo ser un infierno.

20 de mayo de 2021 – Nacional – Instalación de la Mesa Nacional de Evaluación de Garantías para la Protesta Social

Mientras tanto, en Bogotá se firmaban papeles. Se instalaba la Mesa Nacional de Garantías, una promesa que nacía vieja, arrugada. El decreto 003 era un vestido bonito sobre un cuerpo lleno de moretones. Había protestas, sí, pero también muertos, desaparecidos, presos sin razón. Lo que se discutía en los salones del poder era apenas un eco lejano de lo que ardía en las calles.

20 de mayo de 2021 – Varias ciudades – Hostigamiento, desapariciones forzadas, tortura y violencia estatal

Los panfletos volaban como palomas negras. Jóvenes señalados, perseguidos, cazados. Algunos aparecían muertos, otros no aparecían nunca. A los que volvían se les notaba el miedo tatuado en la piel. Cuerpos con signos de tortura, con los ojos aún abiertos de tanto horror. Era la política del terror con uniforme y presupuesto.

20 de mayo de 2021 – La Romelia, Pereira – Detenciones arbitrarias, golpes y judicialización fallida

En La Romelia, Pereira, la noche trajo un operativo militar con 200 soldados. Parecía guerra. Detuvieron a 23 jóvenes; once fueron llevados ante un juez, golpeados, encadenados, tratados como criminales. Nada probó la fiscalía. Salieron libres tras quince horas de audiencia, pero con el alma doblada y los cuerpos rotos por el sol, la sed y los grilletes.

20 de mayo de 2021 – Parque de los Niños, Bucaramanga – Hostigamiento a comunicadores populares

En Bucaramanga, lo que dolía era la palabra. Periodistas populares fueron señalados como vándalos por los mismos que debían representar al pueblo. Fotografías, videos, insultos desde las curules. La libertad de prensa era un delito si mostraba la represión.

20 de mayo de 2021 – Viaducto García Cadena y Estación Central de Policía, Bucaramanga – Detenciones arbitrarias, agresiones físicas y amenazas

A Johan Ferney y Camilo Andrés los atrapó dos veces la policía. La primera, para callarlos. La segunda, para castigarlos. Los golpearon, los esposaron a unas vallas siete horas sin baño ni comida. Las amenazas les llegaban al oído como cuchillos: violación, muerte, exterminio.

20 de mayo de 2021 – Vía a Cali (sector Río Ovejas) – Ataque con artefacto explosivo contra Guardia Indígena

En la vía Panamericana, los comuneros indígenas eran puente y no barricada. Llevaban comida, medicina, vida. Pero siete encapuchados les tendieron una trampa. Lanzaron un artefacto explosivo que no mató, pero dejó claro el mensaje: aquí no se permite la paz.

20 de mayo de 2021 – Tuluá, Valle del Cauca – Asesinato y heridos por ataque armado contra manifestantes

En Tuluá, a la altura de la curva de las feas, un joven de la Primera Línea cayó. Lo mataron dos hombres que salieron del cañaduzal con plomo en las manos. Dos más quedaron heridos. Fue una emboscada pensada, planeada, ejecutada con precisión criminal.

20 de mayo de 2021 – Cali (Siloe, Univalle, Calipso, Paso del Comercio) – Ataques armados, detenciones arbitrarias y uso de centro de tortura La ciudad ardía en varios frentes.

En Siloe, gases y balas. En Calipso, un muerto más y camionetas sin placas rondando con hombres sin nombre. En Univalle, cuatro detenidos sin paradero. En la Simón Bolívar, el almacén Éxito se convertía en un centro de tortura improvisado, con sangre que el jabón no borró. En Paso del Comercio, motorizados disparaban a las ocho de la noche: dos muertos, varios heridos. Cali era un mapa de horror.

21 de mayo de 2021  – Cali – Uso irregular de vehículos oficiales

Un carro sin placas, con hombres armados, con uniforme y sin nombre. En Cali, ese 21 de mayo, la legalidad era un disfraz. Los mismos vehículos oficiales se prestaban para las sombras, para borrar huellas, para desaparecer la ley.

21 de mayo de 2021 – Tuluá y San Pedro (Valle del Cauca) – Ataques armados por civiles y asesinato

A medianoche, en Tuluá y San Pedro, los civiles armados salieron de cacería. Uno fue capturado, otro logró disparar desde un carro. Dos muertos más. Tres heridos. El pueblo respondió incendiando el vehículo del asesino. Era la única justicia posible en medio del caos.

21 de mayo de 2021 – Cartago – Represión policial, heridos y detenciones arbitrarias

En Cartago, el ESMAD entró como si fuera una invasión. Lanzó granadas, gases, detuvo sin razón. Heridos por todos lados, casas rotas, niños llorando. A un detenido lo dejaron grave y sin atención. Las motos de la policía ardieron. Algunos decían que fueron ellos mismos quienes les prendieron fuego, para culpar a los otros.

21 de mayo de 2021 – Cali y Yumbo – Uso excesivo de la fuerza y perfilamiento racial

Organismos de derechos humanos documentaron que entre el 28 de abril y el 21 de mayo de 2021, al menos 39 muertes en Cali y Yumbo estarían relacionadas con uso excesivo de la fuerza pública. De las víctimas, al menos 11 eran personas afrodescendientes, lo cual evidencia un patrón de violencia racializada.

21 de mayo de 2021 – Colombia – Detenciones ilegales, tortura y desapariciones temporales

Los centros de detención eran cualquier sitio: buses, estaciones, supermercados. A Edwin lo orinaron, lo golpearon, lo hicieron firmar papeles. A Duglan lo extorsionaron. Las familias pagaban por tenerlos de vuelta, vivos o al menos enteros. Era una cadena de tortura que se tejía en la impunidad.

21 de mayo de 2021– Soledad, Atlántico – Violencia sexual y homofobia en detención

En Soledad, tres jóvenes fueron arrestados. Uno era gay. A ese le fue peor. Lo manosearon, lo penetraron con los dedos, se burlaron de su orientación. La policía reía. La tortura tenía forma de chiste homofóbico.

22 de mayo de 2021– Cali, punto de concentración Calipso – Lesión ocular a defensor de derechos humanos

Yonatan Castillo no fue a protestar. Fue a defender derechos. Lo dejaron medio ciego. La policía le lanzó gases al rostro como quien lanza una piedra. Otra vez, el enemigo era quien protegía a los demás.

22 de mayo de 2021– La Delfina, Valle del Cauca – Ataque armado y uso indiscriminado de gases

A las 2:30 a.m., mientras la comunidad indígena dormía en La Delfina, el ESMAD atacó con armas, granadas, gases y perdigones. Niños, mujeres, abuelos despertaron en medio del humo y el estruendo. No había crimen, solo descanso. Pero el descanso también era resistencia.

22 de mayo de 2021 – Cali, barrio Calipso-Puerto Madera – Ataque armado, homicidios y represión a la prensa

Cayó la noche y con ella el estruendo. El ESMAD y el GOES entraron a Calipso como si fuera territorio enemigo. No hubo aviso ni medida. Gases, explosivos y ráfagas de fusil contra un barrio lleno de gente. Dispararon a todo lo que se movía.

Jhon Erik, un pelado con los sueños intactos, cayó por un disparo en el pecho. Otros cinco quedaron heridos. También atacaron a periodistas y defensores de derechos humanos. Lo dicen los vecinos: fue una cacería. La policía disparó como si la ley les diera licencia para matar. Y el Estado, mudo. Cómplice.

23 de mayo de 2021 – La Guinea, Corregimiento de Cisneros, Dagua – Ataque con fusiles, gases y detenciones arbitrarias

El 23 de mayo amaneció con fusiles. En La Guinea, cerca de Cisneros, Dagua, no hubo diálogo ni advertencia. El ESMAD y el Ejército cayeron de golpe sobre el punto de resistencia: gases, disparos y gritos. Había niños, mujeres, viejos. No importó. Tres fueron retenidos —una mujer y dos menores del Cabildo Indígena Nuevo Despertar—, y uno más desapareció entre el monte. La ORIVAC alzó la voz, pero el estruendo del Estado, otra vez, quiso apagarla a plomo.

23 de mayo de 2021 – La Paila, norte del Valle del Cauca – Amenaza de detención e intimidación por policías de civil

En La Paila, donde el Valle se despide y el Quindío empieza, la protesta seguía firme. Pero esa tarde no llegaron uniformados: llegaron de civil, con cara de nadie y armas escondidas. Querían llevarse a alguien —no dijeron a quién ni por qué. La comunidad se plantó y les torció el plan. No se fueron sin dejar rastro: grabaron rostros, lanzaron amenazas y se perdieron entre la gente como sombras. La Policía calló. Y el miedo quedó sembrado.

23 de mayo de 2021– Cali, Puente de los Mil Días – Ataque armado a toma cultural comunitaria y agresión a la prensa

Eran las 5:50 de la tarde. En el Puente de los Mil Días, la comunidad bailaba, cantaba, resistía. Era una toma cultural, no una batalla. Pero la Policía llegó con fusiles. Dispararon aunque había niños, viejos, y cuerpos quebrados por la vida. No hubo heridos, pero el miedo se quedó a vivir ahí.

Esa noche, la gente señaló al hotel Eclipse: desde allí —decían— operaban agentes encubiertos. El Canal 2 fue a comprobarlo. Los recibieron a tiros. Así, en la cara, contra la prensa, contra la verdad.

23 de mayo de 2021 – Cartago, Valle del Cauca – Ataque del ESMAD a manifestantes y heridos civiles

Cuando la tarde se apagaba, el ESMAD encendió el caos en Cartago. Llegaron con sus trajes de guerra y rompieron la protesta a golpes y gases. Varios civiles cayeron heridos, sin más culpa que la de alzar la voz. La gente, cansada de tanta bala y tanto olvido, pidió lo básico: que el Estado deje de disparar contra su propio pueblo.

24 de mayo de 2021 – Panorama nacional

Gobierno y Comité del Paro firmaron un preacuerdo: garantías para la protesta, dijeron. Palabras que suenan bien, sobre el papel. Pero ese mismo día, en varias ciudades, la represión siguió su curso, implacable, como si nada hubiera cambiado. La distancia entre el diálogo y la realidad, a veces, es una herida abierta que no deja de sangrar.

24 de mayo de 2021 – Cali – Allanamiento violento a defensora de derechos humanos

A las 3 de la mañana, sin aviso ni orden clara, la Policía, el GOES y la SIJIN, algunos vestidos de civil, destrozaron la puerta de Sandra Castro. Ella, defensora de derechos humanos, guardaba en su casa la memoria del Paro Nacional: registros, documentos, pruebas. Todo fue arrebatado. No la dejaron ni vestirse ni llamar. La violencia no solo fue contra su hogar, sino contra la resistencia misma. El Estado, otra vez, tocando puertas donde debería proteger.

24 de mayo de 2021 – Cali y Popayán – Allanamientos simultáneos y capturas a líderes sociales

Mientras en la casa de Sandra Castro sonaba el golpe violento, en Cali otras ocho viviendas de líderes sociales fueron allanadas. Seis personas capturadas, entre ellas defensores del Observatorio “Pedro Vaca”. En Popayán, la persecución siguió el mismo camino: casas invadidas, derechos pisoteados, denuncias en el aire. Todo fuera del horario legal, sin respeto por las garantías mínimas. El gobierno de Iván Duque no solo mira hacia otro lado, sino que pone la mano en la balanza para aplastar la resistencia.

24 de mayo de 2021 – Cali, Puerto Resistencia – Corte de servicios y militarización

El 24 de mayo, en Puerto Resistencia, apagaron la luz y callaron las voces digitales. Cortaron la electricidad, el Wi-Fi, los datos móviles. Dos camiones policiales rodearon el punto de encuentro como perros de presa. Los defensores de derechos humanos miraban con miedo, esperando el golpe que parecía inevitable. La calma antes de la tormenta.

24 de mayo de 2021 – Cali – Presión empresarial para asistir a marcha

En Cali, para la marcha del 25 de mayo, no fue sólo la calle la que se llenó de protestas. Empresarios presionaron a sus trabajadores para que asistieran con camisa blanca. La consigna venía con amenaza: quien no cumpliera, podía perder el empleo. Así se fabrica la protesta obligada, entre miedo y obediencia.

24 de mayo de 2021 – Cali – Desaparición forzada de dos jóvenes

Eran las 6:20 de la tarde cuando la policía se llevó a Alejandro Mosquera y Carlos Ocampo, en la esquina de la calle 70 con carrera 7. Dos jóvenes desaparecieron sin dejar rastro. Hasta ahora, nadie sabe dónde están. El silencio de las autoridades pesa más que cualquier respuesta.

24 de mayo de 2021 – Cali, barrio Quintas de Salomia – Uso excesivo de fuerza policial

En la noche, mientras el ministro Molano hacía discursos en el Senado sobre “protocolos” para la fuerza pública, en Quintas de Salomia la policía respondía con balas a la protesta. Palabras de un lado, plomo del otro. Así se escribe la historia de este país.

24 de mayo de 2021 – Pronunciamiento institucional

La UBPD y la ONU dijeron que el Estado por fin movió fichas ante las denuncias de desapariciones en las protestas. Un avance, dicen, pero para muchos organizaciones sociales, esas acciones son un espectáculo con poca luz y muchas sombras. La verdad, esa que la gente reclama, sigue esperando su turno.

 

24 de mayo de 2021 – Universidad de Pamplona, Norte de Santander

Veinticinco estudiantes en la Universidad de Pamplona, firmes en su plantón, fueron atacados por civiles armados con perdigones. La violencia los obligó a dispersarse, a dejar la lucha por miedo a perderlo todo: su vida, su seguridad. Así apagan voces que solo buscan ser escuchadas.

24 de mayo de 2021 – Soacha, Cundinamarca-Irrupción violenta, detenciones y persecución

En Soacha, el ESMAD no solo llegó a reprimir, llegó a sembrar miedo y caos. Detuvieron a manifestantes y a gente que nada tenía que ver. Familiares y abogados golpearon puertas que no se abrieron. El Comando de Policía negó información, ocultó a los detenidos como si fueran sombras.

Al caer la tarde, con el Centro Comercial Ventura de testigo, comenzó la cacería. Lanzador múltiple “Venom”, drones, helicópteros; tecnología al servicio de la represión indiscriminada. La gente huyó, buscando refugio, pero el miedo quedó pegado a las calles.

25 de mayo de 2021- Cali- Persecución a periodistas y abogados

Alberto Tejada, del Canal 2, y el Equipo Jurídico N21 no solo documentaban, también resistían. Pero el poder les puso el ojo: seguimientos constantes y hostigamiento. En la noche, disfrazados de trabajadores de telefonía, acosaron al Equipo Jurídico que estaba en su lugar de trabajo, analizando, registrando, haciendo memoria junto a Justicia y Paz.

La persecución no perdona ni a quienes luchan con palabras y pruebas.

25 de mayo de 2021- Amenaza directa a defensor de derechos

Rodrigo Becerra recibió un mensaje que no se olvida fácil: una foto de un panfleto amenazando a líderes del paro, con el nombre de su hijo. El miedo llegó a la familia, la intimidación tocó la puerta de lo más sagrado. El mensaje es claro: la resistencia tiene precio, y la amenaza, nombre propio.