El origen del Día de la Tierra Palestina, celebrado cada 30 de marzo, se remonta a las movilizaciones palestinas contra la expropiación de tierras por parte del gobierno israelí en 1976. En esa fecha, la sociedad palestina convocó una huelga general en protesta por el continuo robo de sus tierras por parte de Israel. El 30 de marzo de 1976, el Ejército israelí asesinó a siete jóvenes palestinos que participaban en manifestaciones para detener la confiscación de 2,100 hectáreas de tierras palestinas con el propósito de construir colonias para judíos y un campo de entrenamiento militar.
Desde entonces, cada 30 de marzo se conmemora la lucha del pueblo palestino plantando un olivo como símbolo de reivindicación de sus derechos legítimos sobre la Tierra Palestina y su derecho al retorno. Sin embargo, hoy, después de 48 años, en Palestina se está perpetrando el genocidio más sangriento, con cifras escandalosas que evidencian el poder de Israel y Estados Unidos para llevar a cabo esta barbarie ante una humanidad espectadora e impotente, y una comunidad internacional incapaz de detener el horror.
Durante los casi seis meses en los que Israel ha declarado su guerra contra Hamas, se ha orquestado un genocidio que podemos observar en tiempo real a través de las redes sociales, con las siguientes cifras:
• 2,848 masacres cometidas por el ejército de ocupación israelí contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza y Cisjordania.
• 39,226 personas entre asesinadas y desaparecidas.
• 32,552 personas asesinadas que llegaron a los hospitales.
• 14,280 niños asesinados.
• 27 niños muertos por inanición.
• 9,340 mujeres asesinadas.
• 364 personas asesinadas del personal médico.
• 48 personas asesinadas de la Defensa Civil.
• 136 periodistas asesinados.
• 7,000 personas desaparecidas, el 73% de las cuales son niños y mujeres.
• 74,980 personas heridas.
• 11,000 personas heridas que necesitan ser trasladadas a otros países para recibir tratamiento.
• 17,000 niños en estado de orfandad.
• 10,000 pacientes con cáncer enfrentan el riesgo de muerte.
• 700,000 pacientes con enfermedades infecciosas.
• 8,000 casos de infección por hepatitis viral.
• 60,000 mujeres embarazadas en riesgo.
• 350,000 pacientes con enfermedades crónicas sin control y tratamiento adecuado.
• 269 personas secuestradas del personal de salud.
• 12 periodistas secuestrados.
• 2 millones de desplazados.
• 100 escuelas y universidades quedaron completamente destruidas.
• 305 escuelas y universidades parcialmente destruidas.
• 224 mezquitas completamente destruidas.
• 290 mezquitas parcialmente destruidas.
• 3 iglesias atacadas y destruidas.
• 70,000 viviendas quedaron completamente destruidas.
• 290,000 viviendas parcialmente destruidas.
• 70,000 toneladas de explosivos arrojados por Israel.
• 32 hospitales fuera de servicio.
• 53 centros de salud fuera de servicio.
• 155 instituciones de salud parcialmente atacadas.
• 126 ambulancias destruidas.
• 200 sitios arqueológicos y patrimoniales destruidos.
• Un total de 130 trabajadores humanitarios de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) han sido asesinados.
Durante el mes de marzo, las tropas israelíes incursionaron en los alrededores del Hospital Al-Shifa en Gaza, dejando destrucción y devastación a su paso, además de enfrentar denuncias escandalosas sobre violencia sexual. Según la cadena de televisión Al Jazeera, varios testigos presenciales han relatado que los soldados israelíes “secuestraban, violaban y ejecutaban a mujeres en las inmediaciones del hospital”. El uso de la violencia sexual contra las mujeres palestinas es una parte integral de la historia política del estado sionista desde su fundación en 1948. Historiadores como Ilan Pappé han documentado que, durante la fundación del estado de Israel, el ejército participó en numerosas violaciones, tanto en grupo como individuales, contra mujeres palestinas. En este contexto, se destaca la trágica historia de una joven palestina que fue secuestrada y violada en el Néguev por unos 20 soldados israelíes, como parte de una celebración, y que terminó con su asesinato.
El Consejo de Seguridad de la ONU emitió el lunes 13 de marzo una resolución que solicita un alto al fuego durante el mes de Ramadán, que comenzó el 11 de marzo. También exige la liberación de 130 rehenes secuestrados en Israel y retenidos en Gaza, además de hacer hincapié en la necesidad urgente de permitir que una amplia ayuda vital llegue a la población hambrienta del enclave asediado. El Consejo de Seguridad reiteró su exigencia de que se eliminen todos los obstáculos que dificultan la prestación de asistencia humanitaria a gran escala, en consonancia con el derecho internacional humanitario y las resoluciones 2712 (2023) y 2720 (2023).
Sin embargo, los bombardeos han continuado y el genocidio no se detiene. Apenas 24 horas después de la decisión del Consejo de Seguridad que ordenaba el cese al fuego, el ejército de Israel llevó a cabo bombardeos aéreos en Rafah. Las excavadoras israelíes han destrozado la infraestructura en Jenin, en Cisjordania, y la cifra de asesinatos, desapariciones y heridos ha seguido aumentando. “Necesitamos debilitar al ejército en Rafah. Hay que atacar cuando estén cansados y débiles, hay que romperles los huesos. Durante el ayuno del Ramadán es el mejor momento para matarlos, no sentirán compasión por ellos”, expresó Almog Cohen, político sionista del parlamento y miembro del partido “Poder Judío”, liderado por el Ministro de Seguridad Nacional de Netanyahu. Por su parte, el ex jefe del Estado Mayor del ejército de Israel, Moshe Yalon, señaló: “Netanyahu está dispuesto a sacrificar a los secados por intereses políticos, e Israel está experimentando la crisis más peligrosa desde su fundación”. El Ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, indicó que “La decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es antisemita y su Secretario General también lo es, y eso solo alienta a Hamás”. Por otro lado, el presidente Gustavo Petro manifestó en redes sociales que, debido a que Israel no acató la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, Colombia romperá relaciones diplomáticas con dicho país.
¿Qué espera el mundo para detener el genocidio en Palestina? Seguimos siendo espectadores de la barbarie. Hoy, en el Día de la Tierra de Palestina, es urgente que se detenga el genocidio y se libere a Palestina.
Por: Sofía López Mera, abogada y periodista, defensora de derechos humanos de la Corporación Justicia y Dignidad.