El hallazgo reciente de restos humanos en La Escombrera, un sector de la Comuna 13 de Medellín, reaviva el debate sobre las desapariciones forzadas y la responsabilidad del Estado colombiano en estos crímenes de lesa humanidad. Según la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), los restos pertenecen a al menos cuatro personas, todas ejecutadas con tiros de gracia entre 2002 y 2003, un período marcado por operaciones militares como la controvertida Operación Orión.
La JEP ha enfatizado que insinuar que las familias de las víctimas enterraron a sus seres queridos en este lugar es una postura que minimiza el sufrimiento y la lucha incansable por la verdad que estas han llevado a cabo durante décadas. Desde que en 2001 surgieron las primeras denuncias sobre el uso de La Escombrera como fosa común, el Estado ha demostrado una alarmante negligencia al ignorar estas alertas, lo que ha prolongado la impunidad de los responsables.
En los últimos meses, tras remover más de 37.000 metros cúbicos de tierra y escombros, se logró exponer una pequeña porción de la verdad oculta en este lugar. La investigación confirma que dos de las víctimas fueron asesinadas y enterradas en el mismo sitio, lo que evidencia el uso de La Escombrera como lugar de ejecución y encubrimiento. A pesar de estas revelaciones, se estima que más de 500 personas desaparecieron durante este período, aunque el número real podría ser mayor debido al miedo de muchas familias a denunciar.
La JEP ha llamado a los familiares de víctimas a aportar muestras de ADN para agilizar la identificación de los restos. Hasta ahora, los avances forenses han permitido preservar estructuras óseas hasta en un 85%, lo que podría facilitar la identificación y entregar respuestas a las familias que han vivido en incertidumbre durante décadas.
Este caso también pone en cuestión el rol del Estado, no solo como garante de derechos, sino como responsable directo por su participación o connivencia en estas violaciones masivas. La Operación Orión, llevada a cabo con el argumento de combatir a grupos armados ilegales, se tradujo en desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, hechos que el aparato estatal no puede evadir ni ignorar.
El caso de La Escombrera subraya la necesidad de una justicia transicional eficaz y una reparación integral para las víctimas. Solo a través de un compromiso genuino con la verdad y la justicia será posible cerrar las heridas abiertas por estas graves violaciones a los derechos humanos.
#DesaparicionesForzadas #JusticiaTransicional #ResponsabilidadDelEstado #VerdadYReparación #LaEscombrera